En la eucaristía del sábado 14 de agosto del presente año, a las 11 a.m., nuestro hermano Jorge Iván Rendón emitió sus votos solemnes. Por medio de estos votos el hermano se ha consagrado como monje benedictino, para toda la vida, en esta comunidad de Santa María de la Epifanía.
En la foto, aparece nuestro hermano acompañado por su señora madre, luego de finalizada la eucaristía.
La eucaristía contó con gran participación de amigos y familiares de Jorge Iván y del Monasterio, que colmaron la capilla como en las grandes fiestas. En la foto de la derecha, aparece nuestro hermano mientras es examinado por el Padre Abad acerca de su intención de consagrarse para siempre al Señor en el camino monástico.
Terminado el examen, toda la asamblea pidió a la Virgen y a los santos su intercesión por Jorge Iván, para que el Señor lo ayude a completar y ser fiel en su consagración.
Luego de las letanías, nuestro hermano lee la cédula de profesión, escrita de propia mano, en la que plasma su intención de comprometerse de por vida a permanecer de forma estable en nuestro Monasterio, a llevar vida monástica y a obedecer al Padre Abad y a los hermanos, en el amor de Jesucristo.
Habiendo leído y firmado la cédula, el hermano Jorge Iván canta el verso "Recíbeme, Señor, según tu promesa, y viviré; que no quede confundido en mi esperanza" (Sal 118, 116), acompañado de todos los monjes.
Todos los monjes de votos solemnes se preparan para imponer las manos a Jorge Iván, invocando sobre él la efusión del Espíritu Santo para que lo consagre como monje benedictino. En la foto aparecen en primer plano junto a Jorge Iván: el hermano Fabio (del Monasterio de Tibatí, Bogotá), y los hermanos Luis Fernando, John Jairo y Saúl.
El Padre Abad impone al hermano la cogulla negra, que lo distingue en la liturgia como monje de votos solemnes.
Mediante la entrega del Libro de los Salmos o salterio, el padre Guillermo encarga al hermano Jorge Iván el ministerio de la oración, labor principal del monje. El salterio que recibe el hermano lleva las firmas de todos los miembros de la comunidad.
Por último, todos los hermanos, comenzando por el Abad, abrazan al neoprofeso en señal de acogida como nuevo consagrado al servicio de la casa de Dios.
Pedimos nuevamente a todos nuestros amigos y allegados sus oraciones por Jorge Iván, para que el Señor lo asista con la fidelidad y la perseverancia en su vocación monástica.
La eucaristía contó con gran participación de amigos y familiares de Jorge Iván y del Monasterio, que colmaron la capilla como en las grandes fiestas. En la foto de la derecha, aparece nuestro hermano mientras es examinado por el Padre Abad acerca de su intención de consagrarse para siempre al Señor en el camino monástico.
Terminado el examen, toda la asamblea pidió a la Virgen y a los santos su intercesión por Jorge Iván, para que el Señor lo ayude a completar y ser fiel en su consagración.
Luego de las letanías, nuestro hermano lee la cédula de profesión, escrita de propia mano, en la que plasma su intención de comprometerse de por vida a permanecer de forma estable en nuestro Monasterio, a llevar vida monástica y a obedecer al Padre Abad y a los hermanos, en el amor de Jesucristo.
Habiendo leído y firmado la cédula, el hermano Jorge Iván canta el verso "Recíbeme, Señor, según tu promesa, y viviré; que no quede confundido en mi esperanza" (Sal 118, 116), acompañado de todos los monjes.
Todos los monjes de votos solemnes se preparan para imponer las manos a Jorge Iván, invocando sobre él la efusión del Espíritu Santo para que lo consagre como monje benedictino. En la foto aparecen en primer plano junto a Jorge Iván: el hermano Fabio (del Monasterio de Tibatí, Bogotá), y los hermanos Luis Fernando, John Jairo y Saúl.
El Padre Abad impone al hermano la cogulla negra, que lo distingue en la liturgia como monje de votos solemnes.
Mediante la entrega del Libro de los Salmos o salterio, el padre Guillermo encarga al hermano Jorge Iván el ministerio de la oración, labor principal del monje. El salterio que recibe el hermano lleva las firmas de todos los miembros de la comunidad.
Por último, todos los hermanos, comenzando por el Abad, abrazan al neoprofeso en señal de acogida como nuevo consagrado al servicio de la casa de Dios.
Pedimos nuevamente a todos nuestros amigos y allegados sus oraciones por Jorge Iván, para que el Señor lo asista con la fidelidad y la perseverancia en su vocación monástica.